GRACIAS DIOS POR MI MAMÁ

GRACIAS...GRACIAS DIOS!!!!

“José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María su esposa que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre”. Su madre conservaba todas estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres”. (Lucas 2,4-7ª.51b-52)

Tal como ocurrió con María, nuestra mamá quiso tenernos un lugar calientito cuando nosotros nacimos. Nos recibió con una gran alegría y de ahí en adelante se esfuerza cada día por cuidarnos y protegernos, ayudándonos a descubrir las cosas importantes de la vida, a veces incluso nos corrige con cariño para que sepamos enmendar el rumbo hacia lo que nos hace felices.

En una mamá encontramos un amor que no espera recompensa. Encontramos el perdón que se entrega gratuitamente. Por eso en su día y cada día, los hijos e hijas imitamos a Jesús y volvemos a mirar a nuestra mamá con cariño, acogemos obedientemente sus palabras y le agradecemos todo el amor y la vida que nos ha dado.

ESCUCHAMOS ESTA HISTORIA...

Cuenta la leyenda que a un angelito que estaba en el cielo le tocó el turno de nacer como niño, así que decidió hablar con Dios.

Ángel: Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; ¿pero cómo podré vivir tan pequeño e indefenso como soy?

Dios: Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y te cuidará.

Ángel: Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír; eso basta para ser feliz.

Dios: Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.

Ángel: ¿Y cómo entenderé lo que la gente habla, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?

Dios: Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.

Ángel: ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?

Dios: Tu ángel juntará tus manitos y te enseñará a orar y podrás hablarme.

Ángel: He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

Dios: Tu ángel te defenderá a costa de su propia vida.

Ángel: Pero estaré triste porque no te veré más.

Dios: Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado en cada instante...

Una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía con lágrimas en los ojitos sollozando...

Ángel: Dios mío, si ya me voy, dime su nombre... ¿Cómo se llama mi ángel?

Dios: Su nombre no importa, tú le dirás... “Mamá”.

¡Qué bueno es Dios, que nos dio una mamá!


¿y si le preparamos una sorpresa para regalársela el domingo?

ORACIÓN PARA MAMÁ EN SU DÍA...